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En cada curso, plática o conferencia que tengo la oportunidad de impartir, relacionadas con el sistema de ahorro para el retiro, acostumbro preguntar a los participantes, qué es para ellos o cómo entienden el concepto de “seguridad social”.

Muchas de las respuestas que recibo se limitan a expresar que la seguridad social es el seguro social, que es la que nos deben de dar, que es la que nos protege de enfermedades, que tienen que ver con hospital, etc.

La realidad es que no se tiene una idea clara del significado de seguridad social y, en su caso, cómo se originó, cómo está estructurada, cómo opera, cuáles son sus fines y sus propósitos: de esto le hablaremos un poco, en esta ocasión.

La seguridad social en nuestro país se integra por un conjunto de derechos que han quedado consagrados en nuestra Constitución Política de 1917, entre ellos, el derecho a recibir, como retribución por nuestro trabajo, no menos de un salario mínimo; un día de descanso por cada seis de trabajo; vacaciones anuales pagadas y el pago de la prima vacacional; recibir aguinaldo y participar de las utilidades de la empresa; el derecho de asociarse a un sindicato y a la huelga; y tener derecho a la seguridad social.

Para efectos prácticos entenderemos que la seguridad social es el conjunto de derechos, consagrados en el ordenamiento máximo de un país.

En el caso de nuestro país, encontramos en nuestra Carta Magna, en el artículo 123, apartado “A”, el fundamento de la seguridad social, en la fracción XXIX, en la que se reconoce de utilidad pública la Ley del Seguro Social, la que comprenderá los seguros de invalidez, vejez, vida, cesación involuntaria del trabajo, enfermedades y accidentes, servicios de guardería y cualquier otro encaminado a la protección y bienestar de los trabajadores, campesinos, no asalariados y otros sectores sociales y sus familiares.

El propósito de la seguridad social, según se expresa en el artículo 2 de la Ley del Seguro Social, consiste en garantizar el derecho humano a la salud, la asistencia médica, la protección de los medios de subsistencia y los servicios sociales necesarios para el bienestar individual y colectivo, así como el otorgamiento de una pensión, que en su caso y previo cumplimiento de los requisitos legales, será garantizada por el Estado.

De esta manera, la seguridad social pretende mejorar la calidad de vida y condiciones de bienestar de grupos de trabajadores y que, en este caso, nos referiremos a los trabajadores que cotizan al régimen obligatorio del Instituto Mexicano del Seguro Social, y sus familias.

Así, corresponde al Estado mexicano la rectoría y regulación de las acciones en materia de seguridad social, quien para el cumplimiento de dicho cometido, ha creado en el tiempo, destacados organismos e instituciones, por mencionar al IMSS (1943), ISSSTE (1959), Infonavit y Fovissste (1972); se complementan las acciones en esta materia a través de la Secretaría de Salud, los Sistemas Estatales de Salud, así como los operados por algunos organismos públicos como Pemex.

Las acciones en materia de seguridad social se financian a través de cuotas y aportaciones que efectúan los trabajadores, los patrones y el propio Estado.

Cinco son los seguros que la Ley del Seguro Social contempla para que, a través de ellos, se garanticen altos niveles de seguridad y bienestar del grupo de personas que cotizan a su régimen obligatorio y sus familias; esos seguros son los de riesgos de trabajo, enfermedades y maternidad, invalidez y vida, retiro, cesantía en edad avanzada y vejez, guarderías y prestaciones sociales.

La última acción emprendida por el Estado mexicano en materia de seguridad social fue la creación del Seguro Popular de Salud (2003), el cual está dirigido a personas no asalariadas con un empleador, trabajadores sin percepciones fijas, los productores del campo, personas que laboran por cuenta propia, pequeños comerciantes, emprendedores y profesionistas independientes, los que cobran por honorarios o por comisión, amas de casa y/o estudiantes.

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