¿Nos alcanzará el destino y el dinero en 2018, o tendremos que esperar?

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A mediados de la década de los 70´s,  recuerdo haber visto la película “Cuando el destino nos alcance”, la que me generó un gran impacto emocional fuerte y que, aún el tiempo transcurrido, la recuerdo con gran nítidez.

La trama de la película se desarrolla en la ciudad de Nueva York, en el año 2022 (es decir, hace ya casi 40 años), donde la población vive hacinada en edificios fétidos, mal iluminados, casi ahogados en montones de basura, afectados por la gran contaminación ambiental, producto del calentamiento global y el efecto invernadero.

En esa época y lugar, coexisten dos clases o grupos sociales.

La clase opulenta, huelga decir, disfrutaba de inmejorables condiciones, nivel y calidad de vida.

Los indigentes, al igual que ahora, perdidos en la mendicidad y pobreza.

Básicamente, había dos tipos de alimentación, que se vendía en recipientes similares a latas de atún y en galletas.

La comida para la clase opulenta y gobernante, se elaboraba con productos de origen vegetal y cárnicos, de primera calidad; mientras que, la alimentación para la clase menesterosa, se elaboraba a base de “plancton marino”

En la película, el producto a base de «plancton marino», realmente estaba elaborado con carne humana, obtenida de personas que, al desear morir, acudían a un centro donde les daban a beber un líquido y les proyectaban, majestuosos paisajes naturales del planeta (desiertos, bosques, campos con flora y fauna que ya no existía, naturaleza marina, etc.), a la vez que escuchaban plácidas melodías en sonido estereofónico que inducía a un sueño acogedor, cálido y placentero.

Al cabo de 20 minutos sobrevenía el deceso de la persona y su cuerpo era llevado, como si fuera basura, a una procesadora de alimentos, para luego venderlo entre los pobres, como producto elaborado a base de “plancton marino”

Evidentemente que la población en general, desconocía lo que realmente sucedía con los cadáveres y su destino final.

En el futuro, muy seguramente, gran parte de la población mundial vivirá, desbastada por los efectos del calentamiento global, la contaminación de la tierra, aire y mar; por la explotación irracional de recursos naturales; la corrupción de las élites gubernamentales y por los efectos de grandes terremotos, inundaciones, tsunamis, y la subida del nivel del mar, entre otras calamidades.

Lo descrito en el párrafo precedente, con toda certeza afectará la producción mundial de alimentos y, tanto gobiernos y como particulares, serán incapaces de satisfacer las necesidades crecientes, de una población en constante incremento.

Si la profecía de Hollywood se cumple, ¿de dónde obtendrá la humanidad los productos y recursos para alimentarse?

Mire, amable lector, y hablando ya de la realidad, es muy seguro que un día, el ocaso de nuestra vida llegará y que para entonces, el periodo más crítico lo tendremos, al perder la capacidad para valernos por nosotros mismos, con el apoyo de los recursos económicos, si es que éstos los hubiéremos constituido; y esto ya no es ficción.

¿Acaso nuestra futura alimentación se elaborará con productos de “plancton marino”, cuando los mares estarán totalmente contaminados y muertos, sin vida?

Hoy día vivimos épocas de reflexión profunda, que nos deben llevar a vislumbrar, desde la edad laboral más temprana posible, cómo deberá de ser nuestro futuro, a partir de la fecha en que llegue la edad de nuestro retiro y, a partir de ahí, vivir digna y cómodamente, lo que nos reste por vivir.

Si posterior a nuestro fallecimiento somos convertidos en alimento y etiquetados como “a base de plancton marino”, nuestro ser y conciencia ya no estarán aquí, como para preocuparnos por ello, pero ¿y las futuras generaciones? ¿Nuestros hijos y nietos?.

Y quizás lo anterior no deba de preocuparos tanto, no al menos como si debiéramos de hacerlo, por nuestra futura pensión.

Quizás le parezca un tanto fatalista la narrativa y proyección descritos en este artículo pero de que es tiempo de preocuparnos por nuestro futuro, lo es.

Nada menos, antier tarde tuve el gusto de conocer a una dama quien de inmediato me identificó como el «señor que sale en la tele hablando de pensiones» y me dijo: «quiero que mis dos hijos, uno de 35 y otro de 38 años de edad, platiquen con usted para que empiecen a trabajar por su futuro pues he escuchado que, su pensión no les alcanzará para vivir»

Luego agregó, ¿verdad que si puede hacer algo para mejorar su pensión?

Tenga un maravilloso año 2018.

Es fundamental planificar nuestra vida, no solo la forma en que viviremos a partir de que llegue la edad de nuestro retiro, sino también, de determinar qué es lo que deseamos que ocurra en nuestra vida, el próximo año 2018.

Claro que es posible, factible y sencillo.

Recuerde que “una sociedad, entre más informada esté, más libre e independiente será”

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1 COMENTARIO

  1. Don Jaime feliz fin de año le deseo a Usted y a su familia… Interesante artículo el prever que en algunos años pueda suceder la misma situación, que esa película causó en esos tiempos. Lo felicito por todos los artículos tan importantes que día a día nos hace llegar en su página.

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